Omar Sotelo: el agricultor de Isla de Maipo que supo enfrentar la escasez de agua con astucia y esfuerzo

Gracias al financiamiento de la CNR que aporto con más de 50 millones de pesos, el pequeño productor de hortalizas y frutas pudo construir un embalse de regulación corta de 850 m3 y aumentar en 3 hectáreas más su capacidad de riego. La historia de Sotelo es la clara muestra de que para triunfar en el campo se necesita de intuición y perseverancia, pero también del saber aprovechar las herramientas tecnológicas.

Por: Carolina Fernández

“Siempre estuvimos con las manos metidas en la tierra”, recuerda Omar Sotelo (59), sobre el origen de su pasión por el campo. Todo se remonta a su infancia, cuando veía a su padre trabajar y usar a los caballos para arar las siembras. Nació en San Antonio de Naltagua, un sector de la comuna de Isla de Maipo, ubicado en la Región Metropolitana. Él, al igual que su familia y sus cultivos continúan echando raíces en ese lugar. El trabajo sobre la tierra era una labor compartida: tanto él como su hermano, bajo órdenes de su padre, debían echar abono y ayudarlo en todo lo que se pudiera. “Fueron muy buenos momentos que me marcaron muchísimo”, afirma.

La situación dio un vuelco cuando falleció su padre a los 49 años. Afectó en dos aspectos: por un lado, porque junto a su madre y hermano, debieron tomar un rol más activo en el negocio familiar; también porque la producción cambió: si antes cultivaban y cosechaban frutas y verduras de temporada, después se dieron cuenta que “era más rentable plantar limones, alcachofas y paltas”. Con eso pudieron ampliarse y llegar a comercializar en Lo Valledor. “Fueron años llenos de anécdotas. En esos tiempos los caminos eran malos y nosotros teníamos que llegar como sea a Lo Valledor, incluso muchas veces nos quedamos a dormir en la carretera para lograrlo”, recuerda.

Siguiendo la tradición familiar, Omar lleva más de 30 años siendo beneficiario del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP). Su madre, en tanto, fue usuaria por más de 40 años.  Hoy debido a su edad (87) ya no se dedica al campo. Actualmente, el agricultor de Naltahua trabaja con su hermano, otra persona que tiene contratada y temporeros que lo ayudan en la cosecha. Para el cultivo de paltas, limones, alcachofas entre otras frutas y hortalizas, se abastece de agua del río Maipo y el estero Angostura.

Combatir la sequía con tecnología

“La producción del campo no para. Ahora nadie quiere ser agricultor, porque se necesita mucho esfuerzo”, dice.

Omar Sotelo llegó a la Comisión Nacional de Riego (CNR) a través de INDAP. Como beneficiario, ha obtenido créditos para mejorar la tecnología de su campo. Es consciente de que para que la producción mejore, es necesario optimizar la logística, inyectar recursos y modernizar.

En un principio disponía de 2 norias chicas y debía levantarse en la madrugada para hacerlas funcionar “me levantaba a las tres de la mañana y volvía todo mojado a acostarme”. Con ellas, solo podía regar 4 hectáreas. El año pasado construyó un embalse de regulación corta, de 850 m3, gracias al financiamiento otorgado por la CNR (bajo la Ley Nº18.450), resultado de un catastro previo realizado por el INDAP. Con este proyecto de tecnificación de riego, pudo aumentar a 7 hectáreas la cobertura hídrica.

“De hace tiempo que yo tenía esa inquietud de aumentar mi capacidad de riego. Y gracias al fondo que recibí, de la CNR, más otra platita que tenía ahorrada, lo pude hacer. Sin duda esto será de mucha ayuda, tanto para mi producción, como la de mis vecinos”, enfatiza con alegría.

El pequeño agricultor también ha recibido capacitaciones y participado de otros programas que disponen INDAP y la CNR. “Ahora gracias a las nuevas tecnologías hice mi propio censor de heladas y me levanto a las siete de la mañana para revisarlo”, explica.

Para Omar Sotelo, el apoyo otorgado por el Ministerio de Agricultura ha sido de especial relevancia para surgir. “Todo lo que tengo hoy me lo dio el INDAP y la CNR”.